António Costa (Lisboa, 1961) ganará las elecciones
portuguesas de octubre, según pronostican todos los sondeos. Durante ocho años
fue alcalde de Lisboa. En julio pasado se postuló para ser el candidato
socialista a primer ministro y, en una guerra fratricida, derrotó al hasta
entonces secretario general del partido. Con la posibilidad de gobernar en el
horizonte y relevar al Gobierno de centro derecha (PSD-CDS), Costa promete
poner fin a la austeridad, pero sin romper las reglas de juego: “Nunca hemos
pedido una reestructuración de la deuda, y sí que cumpliremos con los
compromisos europeos”.
ENTREVISTA, AQUI.
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Pregunta. Fin de la austeridad, ¿pero cómo?
Respuesta. Hay un
proceso de cambio en Europa desde las últimas elecciones europeas, con una
nueva Comisión y el presidente Jean-Claude Juncker presentando un plan centrado
en la inversión. Hay un viraje, y una victoria de socialistas en España y
Portugal ayudaría a impulsar ese viraje.
P. Varoufakis en Syriza, Garicano en Ciudadanos, Mário
Centeno en el caso del PS... parece que ahora es un economista externo el que
elabora los programas electorales de los partidos. ¿Es una moda?
R. Si hay una
preocupación que debe tener un político, y más cuando se aproximan elecciones,
es garantizar que sus promesas se cumplan. Y para ello se necesita saber su
impacto económico. Las democracias europeas no pueden continuar acumulando
frustraciones poselectorales porque los Gobiernos son incapaces de cumplir sus
compromisos. Se mina la confianza de los ciudadanos y se alimenta el populismo.
Es absolutamente esencial que la política sea sostenible desde el punto de
vista económico y financiero. Nuestra alternativa económica ha sido testada
respetando las reglas del euro.
P. ¿Por qué, a diferencia de otros países, no ha nacido en
Portugal ningún partido con fuerza durante esta crisis?
R. Porque el PS ha
logrado reunir una alternativa a la política del actual Gobierno conservador.
También por una causa sociológica más profunda que tiene que ver con la forma
en que nacieron los partidos en el periodo revolucionario. La izquierda radical
nunca ha perdido su representación en el Parlamento. Si al Partido Comunista le
sumamos el Bloco de Esquerda y Livre su peso electoral es mayor al de Podemos
en España.
P. El PS ha criticado al Gobierno portugués por su fuerte
oposición a las negociaciones de Grecia con Bruselas.
R. Cualquier ruptura
en la zona euro es un enorme peligro. Europa vive una amenaza interna con el
terrorismo, está rodeada de inestabilidad en su frontera mediterránea y en el
Este con la crisis de Ucrania, necesitamos más que nunca una Europa fuerte. No
podemos ignorar el papel y la importancia fundamental geoestratégica de Grecia.
Sería bueno que los gobiernos europeos tuvieran la misma perspectiva que
percibió Obama sobre la gravedad que representaría para Europa y la comunidad
atlántica una ruptura con Grecia.
P. Entre seguir al FMI y hacerlo a Syriza, ¿los socialistas
ibéricos son la tercera vía?
R. La experiencia de
Syriza debe ayudar a percibir que los socialistas tomamos una posición común y
buscamos aliados para que los intereses de las economías ibéricas sean bien
defendidos, pero sin rupturas.
P. ¿Pero el PS pedía la reestructuración de la duda?
R. Nunca. El partido
socialista, como tal, nunca. Yo siempre pedí romper con la austeridad sin
romper con el euro; defender la alteración de la economía europea desde dentro,
para favorecer el empleo y poner fin a la austeridad.
P. La campaña electoral se va a desarrollar bajo la sombra
de José Sócrates, el exprimer ministro socialista en prisión. ¿Les afectará?
R. En Portugal hay una
regla fundamental: separación total entre la actividad política y la actividad
judicial. No sé qué harán los rivales, nosotros mantendremos las aguas
separadas.
(Entrevista ao El País - 21.06.2015, por Javier Martín)